El bruñido consiste en rectificar internamente los cilindros hidráulicos, incluyendo la eliminación de rayas, ovalamiento y caries, con la finalidad de dejarlos en condiciones de funcionamiento, tanto dimensional como en rugosidad.
Esto permite que el pistón -en sus guías de fricción- se desplace en toda la longitud sin dañar los sellos. Este proceso es llevado a cabo por una o más piedras de bruñido que giran horizontalmente mediante un movimiento helicoidal dentro de la pieza a trabajar.
En los cilindros hidráulicos manejamos rugosidad entre 8 a 16 ra.
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